Se las asocia muy a menudo con
maldad y con oscuridad, tal vez porque se las sabe amigas de la luna y de la
noche, y lo maligno siempre se ha contrapuesto a la luz, a lo luminoso. Quizá
solo fueron mujeres que no adoraron a más dios que la noche o la madre Tierra
(quién mejor que ellas conocía las propiedades ocultas de las plantas, regalo
de la naturaleza a quien supiera entenderlo?). Y quizás ese paganismo tuvo un
precio demasiado alto para muchas...
En las sociedades primitivas, la
agricultura y la recolección era terreno de las mujeres. Mientras los hombres
salían a cazar, las mujeres aprendieron, primero, a elegir, de entre los que la
naturaleza les ofrecía, los alimentos aptos de los que no lo eran. Más tarde,
aprenderían que eran capaces de "dominar" este proceso de algún modo,
y hacían crecer alimentos por sí mismas. Esto requería una mayor observación de
la tierra, de los fenómenos naturales, del clima, las estaciones... un mayor
contacto con su entorno (y esto lo seguimos observando en las mujeres a las que
luego se llamó brujas).
También, en muchas sociedades
antiguas, ha habido cierto temor a la mujer, sobre todo por la incomprensión de
algunas de sus capacidades. La mujer engendra vida (por supuesto, tarea
imposible sin un hombre) y este mecanismo por el que un bebé nacía del cuerpo de
la mujer resultó incomprensible mucho tiempo... y ya se sabe que lo desconocido
suele ser amigo del miedo.
PASEANDO POR LA HISTORIA...
Las supuestas brujas fueron
perseguidas durante largo tiempo, muchas veces por miedo, otras siendo
utilizadas como cabezas de turco, y en algunos momentos de crisis acusar al
vecino de brujería llegó a ser una forma rápida y eficaz de librarse de él.
Ya Carlomagno (siglo VIII) ordenó
la muerte para quienes provocaban tempestades que estropeaban las cosechas,
hacían estéril al ganado o causaban enfermedades a otras personas. El cómo se
probaban estas acusaciones no parece muy "científico".
Documentos religiosos anteriores
lo que condenaban era creer en brujería, y encomendaban a los sacerdotes la
misión de velar por que sus feligreses no cayeran en las ilusiones de Satán,
que era quien les hacía ver esos fenómenos inexplicables (como creerse capaces
de volar a lomos de bestias salvajes o ver tal cosa). Esto se recoge en el
Canon de Episcopi, que parece ser del Concilio de Ancyra, siglo IV. Sin
embargo, siglos más tarde, los inquisidores optan por obviar el contenido del
Canon, aduciendo que había surgido una nueva secta de verdaderos adoradores de
Satán a la que había que combatir. Describían los encuentros nocturnos en los
que se aparecía el Diablo en forma de cabra y se llevaban a cabo rituales
demoníacos. Llamaban a perseguir a las brujas por herejes y para darles el
oportuno castigo. Estábamos a mediados del siglo XV.
Miedo real o ficticio? Manipulado
o espontáneo? Lo que sabemos es que Europa era asolada por frecuentes epidemias
de peste, lo que la situaba en una gran crisis colectiva... la gente asustada
suele necesitar un culpable, y suele ser también fácil de manipular...
En 1484 el Papa Inocencio VIII
promulga una bula, la Summis desiderantes, en una especie de declaración de
guerra abierta contra las brujas, que instigadas por el Maligno, Enemigo de la
Humanidad, asesinaban a niños en el vientre de la madre y se daban a los
excesos... Probablemente la mención a las muertes de niños se refiera a que,
debido a los conocimientos que solían tener una parte de las mujeres sobre
hierbas y al mejor conocimiento del cuerpo femenino, ellas eran las que
practicaban los abortos cuando se daban. Y en cuanto a losexcesos... bien, para
la mentalidad de la época, el que un grupo de mujeres se reuniera por las
noches para charlar, bailar bajo la luna sin pudor (se cuenta que muchas veces
bailaban desnudas) y en fin, divertirse en una especie de comunidad femenina,
no debía ser fácil de entender. Y lo que no entendemos o no compartimos lo
situamos muy rápidamente en la frontera de excesivo, y entrando en temas
religiosos, se tacha de inmoral o pecaminoso. Tal vez mantenían además
contactos sexuales entre ellas, tal vez las alusiones al macho cabrío que
aparecía sean referencias a varones que las acompañaban a veces...
A partir de ese momento, se
designa a los dominicos Kramer y Sprenger como inquisidores encargados de
perseguir estas "depravaciones". Estos serían los autores del Maellus
maleficarum o Martillo de las maléficas (1486). Se abría la veda para la
persecución con todas sus consecuencias, pudiendo recurrir sin problemas a las
torturas con tal de lograr confesiones... Aumenta espectacularmente el número
de brujas... y es que ante las brutales torturas, quien más quien menos
confesaba lo que le pidieran.
No era la primera vez que los
teóricos pactos con Satán daban pie a persecuciones. Ya en 1232, el Papa
Gregorio IX incluyó este aspecto en sus bulas, acusando a los habitantes de
Stedingerland, en Oldemburgo, de pactos con el Maligno que conllevaban toda
serie de rituales sexuales con zoofilia incluida, relaciones incestuosas y
homosexuales, a las que no dudaba en equiparar y condenar. El desencadenante en
este caso fue la negativa de estas gentes a pagar el diezmo al obispo de
Bremen... aunque relacionar esto con pactos satánicos parece exagerado...
INQUISICIÓN
Los juicios que se llevaban a
cabo por brujería distaban mucho de ser ejemplo de justicia. Para la acusación
bastaba la sospecha, no eran necesarias pruebas, no había opción a defensa y
las confesiones o delaciones hechas bajo tortura eran usuales y totalmente
válidas. Incluso si el sospechoso no confesaba después de ser torturado, esto
se interpretaba a veces como un signo más de lo fuerte que era la intervención
del Diablo.
Sin embargo, solía darse el caso
de que una vez apresada una bruja, aparecían muchas más en la zona... la
explicación oficial era que si el Diablo andaba cerca, poseería a cuantas más
mejor... pero las acusaciones falsas, una suerte de psicosis colectiva o puede
que incluso cierta rebeldía ante la injusticia tal vez fueran causas más
reales.
Algunas voces advirtieron de la
poca fiabilidad de los procesos inquisitoriales desde dentro. Así, Alonso
Salazar y Frías, inquisidor que había tomado parte en el proceso de Logroño de
1610, estableció al hacer la revisión del proceso que la mayoría de las
acusaciones eran falsas, y que no se había actuado correctamente. Incluso
concluyó que todo había sido un exceso de imaginación por parte de unos y de
otros, en parte motivada por los sermones de la Iglesia. El jesuita Friedrich
von Spee se pronunció en un sentido parecido, cuando sin negar la existencia de
brujas o de intervenciones satánicas, habló de la injusticia que había
comprobado en los procesos inquisitoriales. Y otro punto de vista más fue el
que aportó el humanista Pedro de Valencia, que hablaba de los aquelarres o
reuniones de brujas como de fiestas de gente en busca del placer, todo lo más,
bacanales, y que explicaba las supuestas visiones mágicas como ilusiones,
efecto de drogas... negando toda intervención del Diablo en ellas.
¿Cuáles eran los crímenes que
supuestamente habían cometido estas personas? En la obra "Demonomanía de
los brujos" se hace un listado de los mismos entre los que se incluyen
renegar de Dios, maldecirlo, rendir homenaje al Demonio, dedicarle sacrificios,
ofrecerle hijos antes de que nazcan, matar niños para hacer pócimas con ellos,
comer carne humana, profanar cadáveres, beber sangre, envenenamientos,
maleficios, provocar la esterilidad del ganado o de los pastos, practicar el
incesto y tener prácticas sexuales "aberrantes", y el trato carnal
con el Diablo. En algunos casos eran acusados además del crimen de traición al
Estado, puesto que supuestamente tenían al Demonio como máxima autoridad, en
vez de a su gobierno.
En la práctica, era tan difícil
probar la inocencia de uno que miles de mujeres fueron torturadas, quemadas en
hogueras, ahorcadas... muy probablemente por miedo, por rencillas personales
con algún vecino, por la psicosis colectiva, por ser "raras", o por
tener una mente demasiado abierta para la época que vivían, que las hizo
sentirse y mostrarse más libres de lo que sus contemporáneos estaban preparados
para aceptar.
Popularmente a las brujas se las
asocia con ciertas imágenes. El típico sombrero negro, edad avanzada, verrugas,
gato negro cerca, escoba en la mano, caldero grande al fuego...
Aquí hay unas cuantas imágenes de
brujas tradicionales...
A la izquierda, imagen de una
bruja preparando una pócima en su caldero. A la derecha, otra bruja con la
típica escoba voladora (se cuenta que las brujas untaban las escobas con
ungüentos con sustancias alucinógenas, y al frotarse con ellas esto era lo que
las hacía "volar"; y así hay versiones que asocian la escoba con la
masturbación)
Sin embargo, otras historias
tradicionales de brujas hablan de mujeres increíblemente hermosas, con miradas
cautivadoras, pero que, o bien en cualquier momento perdían esa belleza porque
tenían capacidad de transformarse, o usaban ese don para aprovecharse de las
personas y tenerlas bajo su dominio.
Dos interpretaciones bien
distintas de las brujas. A la izquierda, la tradicional imagen de una bruja
popular, con los símbolos más significativos que suelen adjudicárseles. A la
derecha, la imagen hechizante de una bruja hermosa y seductora..
las brujas tiene la capacidad de hacer sufrir a sus victimas con la mas antigua magia necromancia y la mas letal de todas también privan a sus victimas sentando seles encima del pecho y no dejándolo respirar ni mover
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